jueves, 12 de agosto de 2010

Agosto

Las conversaciones musicales hacía un tiempo que habían perdido su ritmo. De la araña de cristal ya sólo colgaban notas muertas y la cama de papel era demasiado endeble para soportar dos cuerpos y tantas historias nocturnas. En las faldas no cabían más garabatos superpuestos.
De día nos saltábamos los reflejos y buscábamos la lluvia debajo de los balcones llenos de geranios. Siempre tuve la duda de si serían de plástico.

Al otro lado del planeta, monzones.
Por encima sólo las estrellas.

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