martes, 10 de agosto de 2010

Mensaje en el contestador automático de PG.

Hoy no.
Hoy no voy a hacer algo que te puedas esperar.
Te escribí. Distinto. No quiero hacer algo mediocre, nada que puedas leer deprisa y decir: ya está.
Y no te confundas. No me importaría que te resultara fácil si al realizar la última pausa del punto final te mordieras los labios, respiraras hondo y te relamieras con cada una de las vocales que conformaran un escrito a base de palabras sencillas, ordenadas con tanto mimo que el resultado fueras tú mordiéndote los labios.
Y así no me importaría que te pareciese fácil porque nunca he conocido un placer que me resultara difícil.
Siempre que habláramos de placeres, claro.
Lo mismo que pienso del arte, de la música, de los viajes e incluso, de mí misma.
No me gustaría que pasaras por mis geografías como si yo fuese alguien mediocre, alguien que en un atisbo de prisa ya está. Y no, no te confundas. La verdad es que no me importaría absolutamente nada lo fácil que te resultara siempre y cuando descubrieras a tiempo que lo difícil iba a ser parar. Y entonces, al realizar la última pausa de mi punto final, te mordieras los labios, respiraras hondo y te relamieras con cada una de las imágenes congeladas en tu mente, en un orden ilógico y en un escalafón inexistente, porque ya sabes que la memoria es selectiva e imposible de desafiar. Y te acordaras de todo aquello que inventamos a oscuras, en algún punto entre tu mente y mis pies.

Si me llamas de vuelta, que no te tiemble la voz.
Esta vez no voy a probar suerte, esta vez me lo he aprendido de 10.


Descuelga el teléfono, escucha Fireday de Moriarty.
http://www.youtube.com/watch?v=OPIKVQ1_Tw8

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