sábado, 4 de septiembre de 2010

Septiembre

Como una acuarela de Rodin.
Estoy desnuda, desdibujada, confusa.

Casi siempre sola.

Como una guitarra acústica.
Soy la melodía más sencilla.
Como una nana, recuerdo de una abuela
o de un amor.
Soy un rumor, lejano. Como el sonido de la playa a través de una caracola.
Todas mis notas se han diluido en partituras que no eran mías.
Que no era yo.

Soy de color septiembre,
soy una resaca,
de mar, de alcohol
soy un golpe violento si me sacan de mi abstracción.

Como el trazo que dibuja la nariz del principito.
Imperceptible.
Nadie se ha parado a pensar en ese trazo, en medio de los ojos,
demasiado arriba.
Una línea casi recta.
Una curvatura casi invisible.
Pero, a pesar de todo, curva.

Y nunca termino de enderezarme,
como le pasa a las acuarelas de Rodin.

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