Octubre se va.

Se acaba octubre.
Ya entra noviembre por la ventana lleno de las palabras que todavía no he escrito.
Hace frío.

Tengo la cabeza llena de ideas pájaro, de esas que se me vuelan antes de plasmarlas. Y por eso, este blog está abandonado.

Españoles, ya no estoy triste.
Estoy feliz, cansada, llena. Y mientras PG no aparezca por aquí y me pinche la burbuja seguiré siendo un pez globo lleno de propósitos.

He vuelto a la Escuela de Letras. Mi profesora de lectura crítica, Marta Sanz, me ha encandilado en una hora y media. Una hora y media, y ya me tiene en el bolsillo.
Ha llegado hablando deprisa, nos ha hecho reír. Después ha mirado el aula, se ha levantado, y ha encendido una lamparita de luz amarilla.
Es bonito seguir encontrando personas capaces de luchar contra el neón blanquecino del techo.
Ha llenado la pizarra de conceptos y me ha hecho redescubrir mi visión de literatura en sólo cinco palabras. Construcción, personaje, sencillez, elegancia y originalidad. Y después se ha ido, diciendo: El jueves no podré dar clase, me voy a Santo Domingo, pero no a bailar merengue, no os penséis.


Así que, tan ocupada en ser feliz me hallo que tengo desatendido por completo este blog y a sus seis seguidores (¡EEEHHH! ¡¡¡Que ya tengo SEIS!!!).

Antes de irme con octubre, a Valladolid a ver a Clara y a Supersubmarina os dejo mi visión musical de este mes: Octubre polar

Besos mil, y alguno más para mi amiga Carmen, que se vino el martes a mi casa a fabricarme una falda de María Antonieta. Para que luego digan que los jóvenes de hoy en día no saben hacer nada.

PD: he aprendido a poner enlaces a las palabras (vale no era muy difícil, sólo había que darle a ENLACE) pero creo que mis seis seguidores se merecían conocer mis progresos.
Sí, progreso adecuadamente.

Más besos (estoy contenta, los pájaros cantan, las nubes se levantan)