sábado, 5 de marzo de 2011

Proyecciones intradérmicas


La niña revolotea con la bolsa en la mano. El padre intenta cogerla, pero la pequeña se escurre, girando como una peonza.
Hace el ademán de agarrarla de nuevo, pero finalmente se encoge de hombros y  se mete las manos en los bolsillos del pantalón.
Nunca sabe qué hacer con los brazos.

Camina un trecho detrás de ella, observando como brinca. Le brincan los pies, las rodillas, los brazos, los dedos, los rizos. Todo le brinca.
Camina detrás de ella como si persiguiera a una pulga; a una pulga que no quisiera importunar, como si le preocupara que esa pulga se enrabietase y se colgase de su hombro para chuparle la sangre.
En realidad ya lo hacía.

Después de un trecho corto, el padre pregunta:
- ¿Seguro qué te gusta?

Y la pulga diminuta se gira y le da un beso.Victoria.

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